ROMEO Y JULIETA

Romeo y Julieta de William Shakespeare es un texto clásico, que en una versión moderna y actualizada como ésta, resulta un espectáculo de honda contemporaneidad. Ésta es una de las obras más representadas o versionadas, y sirvió de inspiración para elaborar muchos argumentos para el cine, por lo que figura en el imaginario actual de los espectadores.

Romeo y Julieta nos habla de las dificultades, a veces insalvables, que se encuentran cuando se pretende conjuntar lo particular y lo social. El proceso de socialización no es un proceso natural y dinámico, sino que es conflictivo y, a veces, destructivo. El conflicto entre lo personal y lo familiar no siempre se resuelve. E incluso, cuando se resuelve, no siempre se resuelve bien. En la esencia de los procesos de socialización está el paso de joven a adulto, donde la educación tiene una especial incidencia. En Romeo y Julieta se conjugan cuatro elementos observados de forma específica: El Destino, como recorrido o proyecto vital, la Acción, como compromiso con la realidad, el Amor como exaltación de la individualidad y la Muerte como la destrucción y reunificación de todo. Pero no sólo el Amor es el desencadenante de la tragedia, seguramente el Impulso, la Acción no meditada, resultan más determinantes del desenlace final. En esta obra, más que en ninguna otra de William Shakespeare, se resalta la importancia de acertar en el proceso natural de toma de decisiones.

Son las decisiones no meditadas y tomadas impulsivamente las que conducen a la tragedia. El viejo conflicto familiar es un telón de fondo que colabora, pero no determina. Romeo y Julieta es la obra donde con más acierto y precisión aparecen reflejados las virtudes y los defectos de la juventud, pero donde los adultos no dejan de estar comprometidos con el desenlace final y fatal. En esta propuesta, la violencia entre las familias, el amor de los protagonistas y todos los demás conflictos, se trasladan a una época actual y a un entorno muy inmediato donde resultan totalmente actualizados